EL AYUNTAMIENTO DE SAN FULGENCIO TOMA REPRESALIAS CONTRA LOS AGENTES QUE NO SECUNDARON EL ENCIERRO.
Continúan las consecuencias del ilegitimo cambio de alcalde en San Fulgencio que dejo a nuestro concejal Fernando Gadea fuera del equipo de gobierno. La forma en que usurparon el ayuntamiento los caciques locales, no presagiaba nada bueno y como es lógico las consecuencias empiezan a ser palpables. Entre las sucias estrategias que Mariano y Trinidad utilizaron para recuperar el mando de Ayuntamiento de San Fulgencio, se cuenta la manipulación de algunos agentes de la policía local a los que embaucaron para que se encerrasen en la iglesia de la localidad, por unos motivos nada claros ni convincentes. Con ello consiguieron ejercer una gran presión a la anterior corporación. Como consecuencia algunos concejales acabaron desmoronándose. En la imagen se puede observar como Mariano Martí se felicita con los agentes que secundaron el encierro que curiosamente terminó coincidiendo con la recuperación del mando de Ayuntamiento por parte de este.
Cuando los gobernantes actúan de forma totalitaria, como es el caso de Mariano Martí y Trinidad en el Ayuntamiento de San Fulgencio, las consecuencias no tardan en aparecer. La mejor prueba de ello, son las denuncias de los policías que no secundaron el famoso encierro. Estos afirmas que son victimas de acosos y persecuciones por parte del resto de agentes afines a Mariano Martín. Estos intentan que los agentes imparciales abandonen su empleo.
ARTICULO PÚBLICADO EN EL DIARIO INFORMACIÓN EL DÍA 4/5/2004.
El sindicato CSI-CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) denunció ayer la «grave y peligrosa situación en que se está viendo envuelta la plantilla de la Policía Local de San Fulgencio». En un comunicado manifestaron que «desde la finalización del famoso encierro que protagonizaron 9 de los 17» agentes de la Policía Local, el clima laboral «se ha enrarecido de tal manera que asistir al trabajo se ha convertido en un verdadero infierno para quienes no secundaron el encierro, y la situación se hace insostenible». Señalan que «el día a día transcurre en una sucesión de "vendetas" del "clan de los monaguillos" con el fin de conseguir que quienes no comulgaron con sus posiciones y no secundaron el encierro, renuncien a sus puestos de trabajo en el Ayuntamiento». Desde el sindicato se afirma que «el acoso y asedio se lleva a cabo con todo tipo de artimañas» y denuncian que estas presiones se ejercen por ejemplo a través de mensajes anónimos a los móviles, y que «el hostigamiento es tan real e intimidatorio que determinados agentes han podido constatar que eran perseguidos, tanto de servicio como en sus horas libres, por otros miembros de la misma plantilla».
Del mismo modo denuncian que «se vulnera la legislación vigente destinando agentes interinos a realizar tareas de "seguridad ciudadana", solos, de noche y en moto, mientras otros agentes fijos en el mismo turno, lo realizan en parejas y en coche».
La CSI-CSIF manifiesta que «los agentes temen que en caso de verse envueltos en una refriega, sean otros policías quienes les agredan o no acudan en su auxilio, como ya ocurrió», y señala que «actitudes estúpidas» como «no dirigir la palabra a los "infieles", provoca que se realicen los relevos de servicio sin la fiabilidad y las garantías necesarias para la seguridad pública de los habitantes del municipio. Si las autoridades municipales no adoptan de inmediato medidas al respecto, como ya pedimos en su día, nos veremos obligados a solicitar la intervención del subdelegado del Gobierno», e informar al Instituto Valenciano de Seguridad Pública.
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